sábado, 4 de junio de 2011

Punto.

Hoy me senté frente al papel y la hoja en blanco me sonrió. Curioso, me dije, que despues de tanto tiempo, siga recordandome. ¿Pensara en mí de manera grata o le acongojaran mis memorias? Tal vez ni siquiera soy lo suficientemente importante como para pasar por su mente con regularidad, pero aun así me sonrió con lo que interprete como un gesto sincero.

¿Pero qué estoy diciendo? ¡El papel no hace eso! No es más que celulosa procesada sin emociones, sentimientos o pensamientos. Debió ser mi imaginación. O quizás no, creí que mi imaginacion había muerto hace tiempo, ha pasado tanto desde la última vez que la escuche opinar... aunque, claro, debe ser dificil alzar la voz entre tantos dilemas gritones que acaparan mi atención.

Quiero creer que es un metáfora, pero dentro de mi cabeza aparecen individuos discutiendo por el protagonico como los inversionistas en la bolsa. ¡Ay, esta imaginación tan necia que quiere recuperar el tiempo perdido!

En fin, en la escuela nos dejarón una tarea sencilla: Escribir una cuartilla. ¿Llenarla de lo que sea? No lo se, intente seguir las indicaciones para el ejercicio, pero no alcance a entender el tópico a ciencia cierta, mucha distracción nubla mi juicio.

Así lo hice: Tomé una libreta ficticia y con tinta novelesca trace una letra inexistente. La borré y la rescribi cien mil veces, un esfuerzo inútil cuando la idea es ininteligible incluso para su creador. Una vez más, como todo en mi vida, no se lo que quiero. Me quedo, esperando como siempre, que la canción se vuelva certeza y que no llegue a mí lo que quiero, sino lo que necesito.

Esperare sentada, me digo, no soy lo suficientemente valiente como para irlo a buscar.

Suspiro, un aliento más que desperdicio. Doy vueltas sobre lo mismo. Desespero. Solo siento este vacío que me mantiene despierta por las noches, deseando que mis pensamientos se detengan, que dejen de provocarme esa sensación de palpitaciones en el cerebro, como el tic tac de una bomba de tiempo.

¿Me doy por vencida? ¿Lo pospongo? Lo hago a un lado, como es costumbre, lo dejo a medias. El esfuerzo más inútil es el de no esforzarse en nada. Así de patética y convencional soy.

Otra noche en vela, una madrugada más con la insoportable compañia de mí misma, donde personas aleatorias vienen de vez en cuando con comentarios sin sentido que respondo automaticamente. Otra ronda de horas que pasan sin pena ni gloria.

Una luz roja permanecería encendida detras de mi cuello. La señal inequivoca de mi permanente "Stand by".